domingo, 8 de febrero de 2015

La Bolsa de Atenas cae más de un 8% tras la decisión del BCE de 'cortar el grifo' al país

Grecia asegura que no actuará de forma unilateral y calma a los inversores

La Bolsa de Atenas ha reaccionado con caídas superiores al 8% a la decisión del Banco Central Europeo (BCE) de dejar de aceptar la deuda griega como garantía en sus operaciones de liquidez, lo que en la práctica condena a los bancos griegos a depender de la línea de liquidez de emergencia del Banco de Grecia.

De este modo, el selectivo ateniense llegaba a caer en los primeros minutos de negociación hasta un 8,75%, situándose en los 773,92 puntos, aunque gradualmente ha logrado enjugar parte de este descenso hasta llegar a ceder un 5,75%, en los 799,31 puntos.

La decisión del BCE, además de en el parqué bursátil, tenía efecto inmediato en la renta fija y provocaba un significativo repunte del interés. De este modo, la rentabilidad ofrecida en los mercados secundarios por los bonos griegos a diez años subía al 11,030% desde el 9,793% de ayer.

En el caso de la deuda con vencimiento a cinco años, la rentabilidad alcanzaba el 12,927%, mientras que el interés exigido a los bonos a tres años llegaba al 18,833%.

Por su parte, el Ministerio de Finanzas de Grecia ha afirmado este jueves que la decisión del BCE pone presión sobre el Eurogrupo para que alcance un acuerdo "mutuamente beneficioso".

"Esta decisión pone presión en el Eurogrupo para proceder rápidamente al cierre de un nuevo acuerdo mutuamente beneficioso para Grecia y sus socios", indicó el Ministerio griego en un comunicado.

Por otro lado, el Ministerio dirigido por Yanis Varoufakis subrayó que la medida adoptada por el BCE no refleja "ninguna evolución negativa en el sector financiero del país".

En este sentido, el Ministerio destacó que el sistema bancario griego se mantiene adecuadamente capitalizado y "completamente protegido" mediante el acceso a la línea de liquidez de emergencia (ELA, por sus siglas en inglés), disponible en el banco central nacional.

El BCE decidió este miércoles poner fin a la excepción de la que se beneficiaban los bonos griegos y desde el próximo 11 de febrero dejará de aceptar instrumentos de deuda emitidos o avalados por el Gobierno del país heleno en sus operaciones de liquidez.

La institución ha argumentado que en estos momentos no es posible asumir que la evaluación del plan de rescate del país heleno vaya a finalizar con éxito, lo que aboca a los bancos griegos a financiarse a través de la ELA facilitada por el banco central nacional.

De este modo, aquellas entidades que carezcan del colateral suficiente según los criterios del BCE podrán atender sus necesidades de liquidez a través de la ELA a través del respectivo banco central nacional y en el marco de la regulación del Eurosistema.

Esta línea de asistencia tiene un coste para las entidades sensiblemente superior al de los fondos proporcionados directamente por el BCE y debe ser sometida periódicamente a la autorización del resto de miembros del Consejo de Gobierno del BCE.

En la mañana del miércoles, el presidente del BCE, Mario Draghi, mantuvo un encuentro con Varoufakis, que calificó la reunión como "fructífera" y expresó su confianza en alcanzar una solución de forma rápida.


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