martes, 28 de abril de 2015

Colocar 85.000 euros en productos por teléfono a una anciana desvalida no es delito, es marketing agresivo

Siete detenidos por estafar un millón de euros a una operadora de telefonía

¿Estafa vil o marketing? La Sección Sexta de la Audiencia Provincial de Madrid apuesta por la segunda opción, después de que la empresa de venta telefónica Galería Códice vendiera “colecciones de libros, cuberterías, vitrocerámicas, una sauna, una bañera hidromasaje, una columna de masaje vertical”, entre otros productos, por valor de más de 85.000 euros a una anciana de 87 años que no veía bien y que sufría un deterioro cognitivo, informa El Confidencial. 

Sorprendentemente el tribunal no aprecia delito y se limita a hablar de una “una política comercial agresiva y poco ética”. Asegura que los vendedores, según la sentencia dictada el pasado 16 de abril, “únicamente colocaban sus productos, sin preocuparse de las necesidades y condiciones de las personas”. “No se les preparaba de acuerdo a principios éticos”, añade la resolución.

Resulta más pintoresco que tres magistrados que componen la Sección Sexta hayan reconocido su sorpresa porque fueran capaces de vender a su víctima artículos tan innecesarios para ella como colecciones infantiles de libros, consolas de videojuegos, minibikes, dos sillones de relax y tres placas de cocina”. Los jueces tampoco tienen duda de que "la señora presentaba un déficit cognitivo” en la época de los hechos.

Sin embargo, la sentencia exculpa a los acusados al afirmar que la actuación de los vendedores “no responde más que a la política de ventas”. Los vendedores no pretendían engañar, concluye el fallo emitido por los magistrados Paloma Pereda, José Manuel Fernández-Prieto y Francisco Jesús Serrano apenas ocho días después de que se celebrara el juicio.

Los vendedores de Códice colocaron a la anciana una larga lista de libros(Pueblos y paraísos, Museos del mundo, Patrimonio artístico, Historia de España, Biblioteca infantil o Historia del arte) y de todo tipo de objetos (una cocina al vapor, un set de desayuno, un ordenador portátil, un aspirador, relojes, una central de planchado, dos cristalerías, dos cuberterías o una vajilla) entre mayo de 2010 y enero de 2011.

La anciana vive hoy en una residencia completamente ajena al proceso judicial, donde no compareció por estar mentalmente impedida. 

La familia de la anciana se percató de la cantidad de ventas que se estaban produciendo después de que el banco avisara de un último pago que pretendía hacer la empresa de televenta de 75.000 euros y que no podía ser cubierto porque a la anciana ya apenas le quedaba dinero en la cuenta corriente. 


View the original article here

No hay comentarios:

Publicar un comentario